Sobre el viaje de vuelta todo bien, si exceptuamos que fueron 31 horas sin dormir y que en París sufrimos un retraso de una hora. Aunque esto último casi lo puedo perdonar por la estupenda vista que se tiene de la capital del Sena a 5.000 pies de altura por la noche.
Los ordenadores de la residencia.
Una vez en mi casa intento recuperar poco a poco mi ritmo habitual. Al principio me chocaba que todo el mundo hablase en español y que los coches circulasen en sentido contrario XD, pero eso ya está superado.
La cocina comunitaria.
En fin, no sé que más decir, creo que sólo me quedan los agradecimientos: gracias a todos los residentes de Nishi-Kawaguchi por habernos tratado tan bien, en especial a Furukawa por ser nuestro guia y paladín tokiota, gracias a la cadena de restaurantes Yoshinoya por tener un local en cada esquina XD, gracias a Atsuko, Midori, Sato y Tatsu por descubrirnos lugares interesantes para el estómago, a Marc por ser tan flipado de los videojuegos, y por supuesto a "B", mi compañero de aventuras sin el cual la odisea no habría sido tan divertida.
Obviamente, gracias a todos vosotros, mis querid@s sith, por seguir fielmente este diario de viaje que espero os anime a visitar el país del Sol Naciente (es una experiencia inolvidable). Nada mas, os emplazo a la última crónica que estará dedicada a las compras realizadas en suelo asiático (si, con muchas fotos). ¡Hasta dentro de casi nada!
Minna-san, arigatou gozaimasu.
Etiquetas: Crónicas Tokiotas