Anoche pensaba yo tan tranquilo que hoy iría a comisaría (no, aún no me han detenido) a hacerme el pasaporte... pero a veces la realidad puede ser muy cruel. Llego al citado lugar una hora antes de que abran, todo parece transcurrir con normalidad, pero de repente, el servidor se cae. No pueden imprimirse pasaportes. El vulgo reacciona con vehemencia, como es de esperar. Ya me veía volviendo al día siguiente y pegándome otro madrugón. No tuve más remedio que hacer de uso de la Fuerza para que todo volviese a funcionar, cosa que logré. Por lo tanto, tres horas y cuarto más tarde conseguí que me atendieran. El viernes puedo pasar a recogerlo :-).
Mandarake, un paraíso del otaku (arf, arf).
Pero no acaba aquí la historia. Una vez había regresado a casa se me ocurrió la genial idea de comprobar si seguían quedando plazas de avión (ayer quedaban más de 15) para la fecha inicialmente pensada: Ida el 29 de octubre y regreso el 26 de noviembre. Y aquí es donde se demuestra que los designios de los midiclorianos son inescrutables: NO QUEDAN PLAZAS (de las baratas) PARA ESA FECHA, ni tampoco para los tres días anteriores. Parecía que iba a ocurrir lo peor, que todo estaba perdido, que habría que posponer el viaje para febrero... pero una vez más la Fuerza obró el milagro. Para un día después, es decir, el 30 de octubre ¡QUEDAN 4 PLAZAS A PRECIO REDUCIDO! Rápidamente me pongo en contacto con "B" y llevamos a buen puerto todos los trámites, el viaje a Tokio ha comenzado.
Akihabara, uno de los barrios que visitaré con asiduidad.
Resumiendo, que salimos el día 30 de octubre a las 7 y 10 de la mañana y llegamos a la capital nipona el 31 (Halloween) a las 6 y 50 (¡toma jetlag molón!). El retorno a la madre patria será el 27 de noviembre ¡Ah!, y se me olvidaba deciros que tuve que cambiar, aprisa y corriendo, uno de los vuelos de vuelta para no tener que aguantar SEIS horas en el Charles de Gaulle de París a que parta el último vuelo. Sólo habrá que esperar tres, lo cual después de más de 2000 minutos por las nubes es de agradecer.
Narita, el principal y más famoso aeropuerto de Tokio.
Ahora sólo queda confirmar el alojamiento (aquí seguro que no hay problemas), y preparar la lista de sitios a visitar y, obviamente, cosas que comprar :-D. ¡No os perdáis el siguiente capítulo de las Crónicas Tokiotas!
Así me sentía esta mañana XD.
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